Cuento que escribí para mi hijo y mi sobrina cuando tenían 4 años.
Había una vez un camino de baldosas, todas ellas de distintos colores. Ale se quedó muy sorprendido y decidió saltar de baldosa en baldosa, pero pisando sólo las de color azul, su color preferido.
Sin darse cuenta, llegó al final del camino y se encontró delante de un hermoso palacio con una gran puerta de madera abierta.
- !AAAAA de Almena!!!!!!!
- S de suspiro
- Hola, ¿Quién eres?
- Hola, soy Susanita, pero todos me llaman "La princesa de los pies descalzos"
Ale no salía de su asombró y preguntó:
- ¿Por qué?
- Es una larga historia
Susanita explicó a Ale que a ella siempre le gustaba andar descalza por palacio, pero .......
Sin darse cuenta, llegó al final del camino y se encontró delante de un hermoso palacio con una gran puerta de madera abierta.
- !AAAAA de Almena!!!!!!!
- S de suspiro
- Hola, ¿Quién eres?
- Hola, soy Susanita, pero todos me llaman "La princesa de los pies descalzos"
Ale no salía de su asombró y preguntó:
- ¿Por qué?
- Es una larga historia
Susanita explicó a Ale que a ella siempre le gustaba andar descalza por palacio, pero .......
Una noche, mientras dormía, los duendes zapateros se llevaron todos mis zapatos y me dejaron una nota:
"Cuando entiendas para que sirven los zapatos, ellos aparecerán de nuevo en tu armario"
Desde ese día yo vivo dentro del Palacio y no puedo salir a la calle pues las baldosas de colores me queman los pies.
- !Vaya! ¿Qué podemos hacer?
- Me gustaría que me explicarás todo lo que hay fuera del Palacio.
- Hay un sol tremendo que nos da calor. También hay muchas flores y pájaros que cantan en las ramas de los árboles.
¡Ah!, lo más importante: Al final del camino de las baldosas hay un parque lleno de columpios, con mucha arena para jugar y una fuente gigante que por la noche se ilumina.
- ¡que pena!
Susanita se dio cuenta de todo lo que se estaba perdiendo por no obedecer y estar siempre descalza.
Susanita se dio cuenta de todo lo que se estaba perdiendo por no obedecer y estar siempre descalza.
Llegó la noche y Ale decidió quedarse a dormir en Palacio con su nueva amiga, la Princesa de los pies descalzos.
Por la mañana ......
- ¡Ale, despierta!
- ¿Qué ocurre? ¿Han venido los Reyes Magos?
La habitación estaba llenos de zapatos. Susanita estaba radiante. Rápidamente se puso unas zapatillas rosas y le dijo a Ale:
- ¿Qué ocurre? ¿Han venido los Reyes Magos?
La habitación estaba llenos de zapatos. Susanita estaba radiante. Rápidamente se puso unas zapatillas rosas y le dijo a Ale:
- Vamos al camino de las baldosas de colores, ya no me quemarán.
Fueron todo el camino saltando y cantando hasta llegar al parque. Susanita no se lo podía creer y sin darse cuenta jugaron, jugaron y jugaron hasta que la luna y las estrellas encendieron el cielo.
2 comentarios:
A mi no me contaron ese cuento y así me fue;me sigue encantando andar descalza.
Besos.
A mi también me encanta caminar descalza, pero ya sabes, haz lo que yo te diga y no lo que yo haga ;-)
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