Suelen decirme que soy bastante zen. Supongo que se refieren a mi forma pausada de hablar, se ser, de estar, aunque por dentro yo sea un volcán en plena ebullición.
El caso es que son temas que siempre me han llamado la atención pero sobre los que nunca he profundizado.
Comencé leyendo Budismo sin creencias. Sigo sin terminarle. Me quedé en el capítulo de la muerte. En breve retomaré su lectura. Me siento preparada para seguir. Me impactó la gran verdad:
Ya que la muerte es segura
y su momento incierto,
¿Qué puedo hacer?
El caso es que la semana pasada me prestaron un libro en inglés que yo estaba dispuesta a leer diccionario en mano: Zen to done.
No sé si es que todo es posible en la red o no. Lo cierto es que hay un blog dedicado a ese libro y en castellano. Ya no tengo excusa.
Y para aquéllos que sintáis curiosidad el nombre del blog es: