10 febrero 2009

Inevitable reencuentro

El mandato estaba a punto de finalizar.

Tras cuatro años de trabajo conjunto, un día sin saber cómo ni porque, se volvió loca y gritó, insultó e incluso amenazó a quién la había tratado de tu a tu en lugar de como a una subordinada. No sólo la había amenazado a ella sino también a otros superiores. Amenazas que nunca llegaron, afortunadamente a término, porque no encontró quien la secundara. Entonces aquéllos también fueron atacados. No solo ella, también sus hijos lo hicieron y, por ese motivo, había pasado miedo y así lo había puesto de manifiesto al resto. Pero se marchó y poco a poco se recobró la normalidad.

Cuatro años también estuvo fuera.

Una mañana sonó el teléfono: "Ha vuelto, ¿lo sabías?"

El sentimiento de temor, de pánico, volvió.
En dos días tendrían que reencontrarse, no había escapatoria. Estuvo sin dormir; caminaba por la calle obsesionada por si la vigilaban y atacaban por la espalda. Sabía que estaba anticipándose y que aquéllo no era bueno, así que trato de dominar sus temores.

Cuando llegó el momento, se confundió entre sus compañeros para no tener que mirarla de frente. Tenía miedo a que ocurriera lo mismo que en el pasado: gritos e insultos. Pero no, no ocurrió. Ella hizó lo mismo, se escondió tras el mostrador ocultando su rostro tras la pantalla del ordenador. Estaba claro que ambas deseaban ignorarse.

Lo mejor que podía ocurrir, ocurrió.

Hay quienes dicen que debe sentir vergüenza por lo ocurrido hace ya más de ocho años. Sin embargo, ella cree que es desinterés mutuo.

En cualquier caso, mañana, inevitablemente, tendrán que volver a "verse".

10 comentarios:

María José dijo...

bahhia:
Nunca hay que dejar resquemores enquistados.

Las situaciones se vuelven violentas e incómodas.

Hay que hablar las cosas, decirlas a la cara, perdonar u obviar. Pero nunca dar lugar a esas situaciones tan comprometidas que hacen sufrir a todos.

Un saludo.

Caracola Light dijo...

Es muy interesante como la verguenza-culpa, puede perdurar durante años.

Always Candy dijo...

Ansiosa entrada, al menos esa es la sensación que me ha transmitido,... Creo que esa parte de culpa, algunos podremos llegar a tenerla ya que perder los nervios alguna vez, puede ser algo posible en nuestras vidas.
Besos!

SERHUMANA dijo...

Los miedos a los gritos tienen más eco que los gritos mismos!!!!!!!!!!!!!
Cuesta no esconderse ante alguien que nos ha lastimado.

Gise =) dijo...

Parece uan parte de una novela de suspenso... lo mejor es olvidar si las cosas se hablaron y aclararon pero no hubo arreglo, mejor olvidar y que esa persona que tanto mal nos hizo deje de existir para nosotros....
No es facil pero supongo que por supervivnecia se logra...
Besitos guapa!!!!!!

Anónimo dijo...

Transmites ese terror
al encuentro inevitable,
mira
las cosas hay que tratarlas
de cara, de tu a tu,
no sirve para nada
dejarlo para "luego"
cuanto antes
se crucen las miradas
y las palabras,
antes se resolverá todo,
un abrazo, querida

NuNú dijo...

¡Qué situación! Pero qué bien que al final todo acabase en desinterés y quizá un día se olvide de que esa persona la trató así de mal...

Besos y mucha fuerza

Dori dijo...

Me gusta el relato, me ha puesto en guardia...y espero que sea ficticio;-)

Besos bahhia

Bertix dijo...

María José, coincido contigo. Los resquemores solo dañan a quien los padece y no al otro.

Soportándome, interesante es en sí esa relación de vergüenza/culpa.

Always una cosa es perder los nervios, otra es hacer daño a conciencia.

Serhumana, al menos para mí así es.

Gise, lo mejor de todo, según me han comunicado hoy, es que esa persona ha sido trasladada a otras oficinas. No mas reencuentros.

Alafia, todo resuelto.

Nunú, de quien no está en tu camino el olvido es inevitable.

Dori, quien sabe .... ;-)

bss.

Gise =) dijo...

Felicidades amiga es un gran noticia!!!!! Un abrasoso para celebrarlo!!!!!!!!!!!!
Maukatones!!!!!!!!!