Miedos

Durante las vacaciones del verano pasado nos dimos cuenta que hay lugares, pequeñas islas, que pueden recorrerse, descubrir, en moto. Rock & Freak todavía no tenía la edad para la licencia de ciclomotor, pero se me ocurrió que podríamos regalarle el permiso por su en Septiembre y así lo hicimos. La moto, acordamos, que sería el regalo de fin de curso si la media era de notable. Siempre ha sido buen estudiante, y a pesar de que todo el mundo nos decía que 3º ESO es superdificil, él, como cada año, ha podido con todo. Así que nosotros también cumplimos con la promesa y llegó su moto.

Yo soy miedica con ella. Cada vez que Bosco salía, hasta que no volvía a casa, lo pasaba mal. Una vecina, que su marido bucea, me decía que ella también estaba en vilo cada hasta que oía la puerta y él regresaba.

A nuestro hijo le digo que me haga una perdida cada vez que llega a su primer destino cuando sale de casa y así lo hace. Pero el otro día, volvían ya a casa. Estaba furiosa conmigo misma, porque ¿en que hora se me ocurrió esa feliz idea?

Pasado el susto, pasadas ya las 24h, empiezo a ser más racional, y aunque las motos, son un riesgo, es el cuerpo quien para el golpe, no se las ve y todas esas cosas, lo cierto es que no podemos estar siempre pensando en lo malo que nos puede ocurrir. R&F se hizo un esguince triple este invierno en clase de educación física de la forma más absurda. También puedes caerte por las escaleras y abrirte la cabeza, puede caerse una teja justo cuando uno pasa debajo, no sé, son tantas las cosas que sí, que tal vez la moto sea un riesgo más, pero y si un coche se sube a la acera por la que yo estoy paseando y me atropella? Y si te encuentras con un kamikaze como le ocurrió a la hija de una buena amiga mía?

Tal vez todas estas reflexiones son solo para convencerme a mí misma, de que la moto no es más riesgo que la vida misma. Pero lo cierto, es que el miedo es libre. También es cierto que el miedo paraliza. Y yo me niego a dejar de hacer por miedo. Otra cosa es que algo no nos guste y no lo hagamos. Pero renunciar por miedo NO NO NO.

Además, creo que no sería responsable por mi parte, transmitir miedo a mi hijo, miedo a vivir, a experimentar. No sería justo trasladarle mis propios miedos y no dejarle crecer. Porque realmente de lo que tengo miedo es de que le ocurra cualquier cosa desagradable, vaya en moto, o no Peor al fin y al cabo la vida tiene una curva de aprendizaje muy bien pronunciada por la que debemos circular.

Yo mientras seguiré rezando para que todo lo que tenga que ser, como mucho, se quede en sustos y/o aprendizajes.