... y a ese niño interior hay que escucharle, darle cariño, energía, fuerza ... permitirle expresarse, reir, llorar, jugar... dejarle que salga y haga locuras de vez en cuando porque es la forma de sentirnos jóvenes...
Así es como aceptaremos nuestra vulnerabilidad. Soy vulnerable pero no débil.
1 comentario:
tienes toda la razon, pero lamentablemente la mayoria de las personas cuando nos hacemos adultos escondemos a ese niño, por miedo a lo que pensaran o diran de nosotros, saliendo por tanto del paraiso.
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