Metafísica

Durante mucho tiempo pensé que si controlaba mis pensamientos podría controlar todo mi mundo. Fue un tiempo en el que leí bastantes libros sobre Metafísica, en los que te animan a soñar, lo cual es fantástico, y te animan a crear en tu mente tus sueños para que se materialicen, tal y como ocurre, por ejemplo, con la pluma en Ilusiones, de Richard Bach.

Hasta ahí podríamos decir que todo bien. Sin embargo, o yo no supe interpretar bien, o algo falla, porque pensé que nada "malo" podría ocurrirme, simplemente ignorando aquéllo que no deseo y potenciando lo que sí.

Eso es imposible porque negar la enfermedad es negar la salud; negar la noche, es negar el día. Todo es dual. Son dos caras de una misma moneda.

Pensar de forma positiva es muy beneficioso, soñar mucho más. Pero creo que a la metafísica se le olvida -o insisto, yo no me enteré bien-, que existe esa otra cara, la que no nos gusta y nadie desea. Desgraciadamente, o no, la otra cara se nos muestra, en mayor o menor medida, en algún momento de nuestra vida. Eso no creo que nadie ni nada pueda evitarlo.

Por ello, lo mejor es aceptar la realidad de tal forma que si algún día nos llega aquéllo que no queremos, podamos afrontarlo, estemos preparados para ello, porque sabemos que existe. Ahí es donde el pensamiento positivo cobra toda su fuerza. Una mente optimista tiene muchas más posibilidades siempre de salir triunfante.

A mí me ha ayudado saber y aceptar que existen cosas, situaciones, incluso personas, que pueden disgustarnos, hacernos daño, pero solo siendo conscientes de ello, solo viendo y sintiendo el todo, sin negar, reconociendo, podremos vivir una vida más auténtica.