Sinceridad y buena educación, no están reñidas, pero en muchos programas parece que derrochar mala educación se confunde con sinceridad. Todos hemos escuchado eso de “Yo es que soy muy sincera, tía, y digo las cosas a la cara” y con esa supuesta sinceridad, con esa espontaneidad, se aprovecha para descalificar, insultar, humillar ... No es necesario ser tan sinceros. A veces, sin que nadie nos pregunte opinamos gratuitamente sobre lo mal que nos parece que va vestida una persona, cuando realmente solo se trata de una opinión personal. ¿Qué se pretende realmente? ¿Son celos, envidias ...? ¿Tal vez solo se quiere desestabilizar al contrario? Sería mejor observar y saber a quién, cómo y cuándo, se pueden decir según que cosas sin herir su sensibilidad. Pero claro, esa práctica es mucho más complicada que la de ser francos porque sí.
1 comentario:
Una vez más, completamente de acuerdo contigo, bahhia. Muchas veces se confunde la sinceridad con la mala leche. En cambio hay otra virtud, actualmente muy desvalorizada y que algunos/as deberían aprender; se llama prudencia. Y no andar por ahi diciendo gratuitamente inconveniencias y ordinarieces al personal.
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