20 noviembre 2009
Aristóteles
Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo.
09 noviembre 2009
Berlín
Tuve la fortuna el pasado mes de agosto de visitar Berlín durante 4 días con mi familia.
Nos alojamos en la antigüa zona Oriental.
Contratamos algunas rutas guíadas a traves de cultourberlin. Por la mañana fuimos con Ricard y por la tarde con Inés. ¡¡¡Fantásticos los dos!!! Una forma diferente, alegre, amena, divertida y llena de anécdotas sobre la vida hoy en día.
Todavía quedan solares. Algunos de ellos escondidos tras andamios que figuran fachadas.
Me impactó tremendamente la historia allí contada. No por no conocerla anteriormente, sino por pisar, ver, estar en el lugar que ocurrieron los hechos.
Me impactaron también las estatuas negras compartiendo fachada con otras limpias.
Me sobrecogió la escultura de Käthe Kollwitz.
Pasear entre sus calle me hizo sentir como si estuviera en casa.
Quedé totalmente seducida por el Barrio de San Nicolás.
La gente es amable, muy amable.
Es una ciudad segura.
Me quedó mucho por ver. Mucho por vivir. Podría contar muchas cosas más sobre cada una de las líneas que aquí escribo y que no recogen todo.
Hoy se cumplen 20 años de la caída del muro.
El recuerdo de esa ciudad me emociona.
Queremos volver. Lo haremos.
Contratamos algunas rutas guíadas a traves de cultourberlin. Por la mañana fuimos con Ricard y por la tarde con Inés. ¡¡¡Fantásticos los dos!!! Una forma diferente, alegre, amena, divertida y llena de anécdotas sobre la vida hoy en día.
Todavía quedan solares. Algunos de ellos escondidos tras andamios que figuran fachadas.
Me impactó tremendamente la historia allí contada. No por no conocerla anteriormente, sino por pisar, ver, estar en el lugar que ocurrieron los hechos.
Me impactaron también las estatuas negras compartiendo fachada con otras limpias.
Me sobrecogió la escultura de Käthe Kollwitz.
Pasear entre sus calle me hizo sentir como si estuviera en casa.
Quedé totalmente seducida por el Barrio de San Nicolás.
La gente es amable, muy amable.
Es una ciudad segura.
Me quedó mucho por ver. Mucho por vivir. Podría contar muchas cosas más sobre cada una de las líneas que aquí escribo y que no recogen todo.
Hoy se cumplen 20 años de la caída del muro.
El recuerdo de esa ciudad me emociona.
Queremos volver. Lo haremos.
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